Bueno, debo confesarte que el título es un poco estilo “clic bait”, pero tu pregunta será contestada, te lo prometo.
En palabras cortas, para que pases menos tiempo en tu celular, el problema no es el tiempo que pasas en el celular, sino el tiempo que pasas haciendo lo correcto. Si te consideras adicto a redes ve al número 1 en este blog
De no ser así pasa al número 2.
1. Paso suficiente tiempo en internet
Antes de explicarme quiero decirte que si pasas un tiempo que tú crees que te está haciendo adicto a redes e internet, no hay más, debes dejarlo. A veces los que nos rodean pasan tanto tiempo en redes sociales que nos parece socialmente aceptable el que nosotros también lo hagamos, pero como nuestra mamá (porque latinos) ¿Si los demás se avientan de un puente a poco tú también?
Para que pongamos números, fuera de tu trabajo o escuela, que probablemente te lo demandan, porque pandemia,
1 a 2 horas en internet está bien
3 horas viene el peligro
4 horas o más el peligro ya está presente.
Otra señal clara de que algo anda mal puede ser que te escondas para pasar más tiempo en internet o que si no lo haces te sientas mal.
Así que si ese es el caso, debes dejarlo, no hay más, compra un celular más barato que te ayude a pasar menos tiempo en aplicaciones tan demandantes como lo pueden ser tiktok o Instagram, busca alguien que pueda ayudarte con ello en tu comunidad, de no haber nadie, una página donde puedes hacerlo es yoenfrento.com o escribiéndonos a nuestro correo o inbox.
2. No soy adicto, pero si quisiera cambiarlo, pero si quisiera hacer algo más productivo en mi vida.
Como aprendes en consejería “La adicción del ser humano no desaparece simplemente por negación o por la privación de la misma, la adicción del ser humano desaparece cuando aparece algo más grande en su vida que es capaz de someterla”
Traducido es que si aún no eres adicto a internet, mi propuesta es que no dejes las redes, ¡Aprende a usarlas con propósito!
Cuando la dominamos, internet y la tecnología son herramientas muy potentes para hacer llegar el evangelio a aquellos que lo necesitan, así que ¡ánimo!
Lo primero que hay que reconocer es que todo lo tuyo, no lo es, repito NO LO ES, le pertenece a Dios y cuando estamos de acuerdo con esa idea cosas muy buenas empiezan a suceder.
Imagina que todo ese tiempo que las redes te roban pasando la pantalla hacia abajo lo estuvieras usando para crear relaciones con las personas que están entre tus contactos que quizás no conozcan a Dios (y ojo esto es en línea y fuera de línea) y de esta manera conocer sus necesidades, poder ayudarles, saber cómo orar con ellos, mostrarles más lo que Dios ha hecho en tu vida.
No me refiero a que te la pases escribiendo versículos bíblicos todo el tiempo, aunque de vez en cuando están bien. Te gusta escribir, redacta algo que haga que los demás te conozcan más y tu puto de vista sobre la vida, punto de vista de un creyente, sé sensible.
Crea conversaciones con aquellos que tienes de contactos, pregúntales como están, que hay de nuevo, encuentra las publicaciones claves, que expresen porque están pasando o cómo se sienten y comentar sobre ellas, esto reforzará su amistad e incrementara su influencia sobre ellas, sé alguien amigable con quien las personas sepan que pueden confiar.
Averigua qué aplicaciones hay para compartir el evangelio e iniciar conversaciones que terminen en presentaciones del evangelio. Hasta abajo te dejamos nuestro ya conocido catálogo de ellas.
Para los más atrevidos, si te gusta crear contenido, crea contenido de valor, que aporte a la vida de las personas cosas valiosas, que deje ver a los demás quien es Dios en tu vida y por qué estás tan seguro de seguirlo.
¡Sé un misionero digital!
Si ninguna de las cosas anteriores aplica, contáctanos y seguro juntos encontraremos algo que hacer con tus redes.
El punto es que juntos, como creyentes, seamos luz.
Un versículo que me anima mucho es:
2-3 Todos pueden ver claramente el bien que Cristo ha hecho en la vida de ustedes. Para que la gente hable bien de nosotros, solo tiene que fijarse en ustedes. Porque ustedes son como una carta que habla en favor nuestro. Cristo mismo la escribió en nuestro corazón, para que nosotros la presentemos. No la escribió en piedra, ni con tinta, sino que la escribió con el Espíritu del Dios vivo. Y esa carta está a la vista de todos los que la quieran leer.
2 Corintios 3:2-4 (Traducción en Lenguaje Actual)
Seamos esas cartas abiertas de las que habla Pablo, con nuestra vida y en nuestras redes.
Catálogo de apps que prometí
https://www.jesusfilm.org/app.html
https://godtoolsapp.com/es_mx/
https://www.missionhub.com/
https://www.cadaestudiante.com/
Miembros de la comunidad también leen: ¿Puede mi celular ayudarme a mi rutina de oración?
Créditos de la fotografía: Foto de Paul Hoenhorst en Unsplash